Ámpula amputada

Porque veníamos siendo
Un río
Ahíto de sí mismo
Reflejo cansado
De las mismas piedras
Que
Aunque llenas de voz mojada
Se ven a sí mismas como la imagen
De una traición superior
Como aquella de los astros
Con los hombres
Laxos
Dejados
A la embriaguez de las plantas

Porque deambulábamos callados
Por todos los parques del mundo
Evitando las miradas
Fingiendo aficiones pueriles
A las formas botánicas
A las voces de los gatos
A la siesta de los pájaros
Que hasta hoy
Es lo único que queda
Seco
En una vitrina
Junto al nautilos
Y un cuajo seco
Del cordón de Santiago

Porque siguen allí
Los ríos y los parques
Con sus variaciones
De hojas
Y lodo
Y leña
Con sus desgastes
Erosiones
Fortuitas o humanas
Siendo siempre cambiante,

Con la misma cara
El mismo olor dulzón
Y aquel sabor de haber sido
Algo agotado
Que por más que tosas
Se atraganta