morbid mermaid meadow

El sol salió silente a verte sulfurar el mar con tus mejillas
[con tu cara de orgasmos tristes, al borde del labio irradiante de semen sucio. Atrás de las ágatas y amatistas que congelan y caducan,(a paso de rey cansado), las salamandras impostoras que llevas por ojos grises.]
cuando la tibia fuerza de tus omóplatos guió a mil seiscientos tulipanes al suicidio colectivo, Lemuria, Leningrado.
No te atreviste a temblar con el alma escondida en el coxis y la boca repleta de agapantos. Apenas pudiste retirar la sombra de tus cejas, la anodina baba de tus ojos. Apenas te vi y resurgiste desde atrás, en involución marcial de transformer, hasta que se te secaron las manos en columpios oxidados y perdiste la paciencia, jugando a los dados, con Gary o Dale Cooper.