handy men

Las tardes de lluvia en la covacha de los hombres reales,
Los hombres de mantenimiento.
Lluvia que rechina entre taladros e impermeables,
Brocas,
Flexómetros.
Parece que el cielo pintado por Hendrix puede colapsar,
Pero a los hombres reales poco les asusta,
Sólo creen en los refrescos disparados,
En los senos y en el sexo con jovencitas.
Los hombres reales juegan con pelotas
Y son de espíritu transparente
Y andan caminos rectos
que acaban siempre en muertes sin dolor,
al aire libre.
Acarrean escaleras sin el temor,
Ni la duda
Ni nada
Más que un overall
Y la dulce inconsciencia
Recostada en el porno anacrónico
Y los domingos de carnitas.
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