filthy paradise

En sueños me desdigo, borro como huellas todas las palabras que he dicho. La espalda me sangra, sostenida en jardines de píldoras y cápsulas. Me tiro al suelo y lloro con sabor a pasto hasta que Barbarita me azota el rostro con romero("tienes el cuello rojo"), se disculpa y come caldo de pollo. La calle es una marmita de serotonina que entra y sube a bocanadas hasta la coronilla. (No sé porque me compré una gabardina gringa). Atrás de la memoria estará siempre tu cara japónica y aniñada, no sé que tanto sepas del crujido que desasosiega mi encéfalo izquierdo, pero al menos deberías de intuir que se lo debo a las puntuales y recurrentes imágenes donde riegas las plantas (millonarias, conchas, azaleas) de tu nueva casa.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home